Los dueños del juego – Capítulo 4 – La máquina
Las llamadas tragamonedas “barriales” prosperan sin regulación legal y –según los cálculos más moderados- cuadriplican la cantidad de slots que maneja la Dirección General de Casinos del Estado. Varios intentos de prohibir y penalizar su existencia quedaron por el camino, al igual que los proyectos para “regular” su funcionamiento.
Están en bares, cantinas, clubes sociales y deportivos, quioscos, almacenes, panaderías y hasta puestos de frutas y verduras. Nadie sabe con exactitud cuántas hay diseminadas en todo el país y cuáles son los capitales que hay detrás, pero se calcula que existen más de 20 mil. Desde el gobierno se estima que este verdadero entramado de máquinas diseminadas por los barrios de cada ciudad y localidad del país deja una ganancia de 100 millones de dólares por año. Sin embargo, varios actores vinculados a los juegos de azar consultados para este trabajo manejan una cifra más jugosa: entre 200 y 250 millones de dólares anuales.
La Asociación Uruguaya de Fabricantes y Operadores de Juegos Electrónicos (AUFOJE) agrupa a 42 empresarios que se dedican a este negocio, y sus voceros afirman que hay tres mil familias que viven de este lucrativo emprendimiento, pero se sabe que hay un número no determinado de operadores que no están afiliados a AUFOJE por lo que la cantidad puede ser mayor aún.
Estos son algunos de los datos incluidos en el capítulo 4 de “Los dueños del juego. El lucrativo negocio de las apuestas en Uruguay”, realizado por los periodistas Pablo Alfano y Fabián Werner para el Centro de Archivos y Acceso a la Información Pública (Cainfo), con el patrocinio del Instituto Prensa y Sociedad (Ipys) de Perú.